lunes, 23 de abril de 2012

Fútbol


LO QUE SIENTE UN HINCHA
Nadie puede explicarlo

Por Daiana Barros


      El verdadero hincha es el que está siempre, “en las buenas y en las malas mucho más” como lo dice el típico canto que suena siempre en las situaciones más complicadas de un equipo. Una hinchada de claro ejemplo es la de Rosario Central. La que pasó por situaciones de riesgo muchas veces terminando de la peor forma: descendiendo al Nacional B. Sin embargo eso no la cambió, la gente no dejó de ir a la cancha y de alentar a su equipo.
      Antes de cada encuentro el hincha ya se va preparando, llega a la cancha con tiempo, la barra brava conocida como “Los Guerreros” va colgando los trapos y poniéndole color al estadio. El Gigante de Arroyito se va llenando cada vez más hasta no dejar ningún espacio.
    La fiesta en las tribunas comienza antes del partido y el inicio está marcado con el ingreso de los barras a la popular local baja. “Ahí viene la barra, que loca que esta”, era el canto de la hinchada que acompañaba a la percusión y al ingreso de “Los Guerreros”, la cual sonaba en todo el estadio hasta que la barra se ubicó en el centro de la tribuna. La entrada era bastante organizada, primero ingresaban los bombos y las trompetas, y luego el grueso de la hinchada, con banderas de palo que le terminaban de dar el toque final de color a las tribunas.
     Por el lado de las plateas se veía, minutos antes que comience el partido, el ingreso de las grandes banderas con palos larguísimos que se iban ubicando a lo largo de toda la tribuna tanto en la platea baja como en la alta. Lo que también se observaba era la repartija de papelitos y unos globos largos con los colores del club, que ocurría en todo el estadio.
     Ya se acercaba la hora y todo el estadio se puso de pie, nadie dejaba de cantar y alentar. Los jugadores ya estaban por ingresar y las tribunas se veían llenas de color y alegría. Entró el equipo y el estadio estalló, era una lluvia inmensa de papelitos, y en la papular comenzó a desplazarse la gran bandera con los colores azul y amarillo, que en el centro decía “Los Guerreros”, la misma tiene un tamaño que abarca toda la popular local entera. Al comenzar a levantarla debajo había otra bandera que ocupaba la parte baja de la popular.
     El árbitro pitó y comenzó el partido. Y la fiesta en las tribunas duró los noventa minutos del encuentro, más el entretiempo. Además de alentar la gente estaba con muchos nervios, ansiedad esperando que llegue el gol y la victoria de su equipo. Y en el segundo tiempo llegó el gol de Central, la gente se enloqueció y no paraba de gritarlo. A partir de ahí todos rogaban que pase el tiempo y termine el partido.
     Y el tiempo paso, cuando se escuchó el silbato la gente salto de alegría, despidió a su equipo alentándolo y aplaudiéndolo por el triunfo logrado. Y como siempre se espera un rato para no cruzar a las hinchadas, fue ahí cuando en las tribunas no paro de sonar “A volver, a volver vamos a volver”.

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